y a mi me importa un bledo.
(no es mi letra, es sólo plagio, latino y nada jazzístico.
falta que baile y siga: mi destino es el que yo, u-o-u-o , elijjjjjo el que yo u-o-u-o elijjjjo para miiiii).
de los triángulos me ocuparé más adelante, que es tiempo de singing in the rain.
desde aquel primer día de verano, ningún triángulo fue mudo.
y todo teorema resultó insuficiente para precisar por qué cuando el triángulo sonaba era mucho más que catetos e hipotenusa.
to be continued.
no soportaba la idea de que estuviera ausente de la mesa, y menos aún de las comidas.
me impulsó a subirme el tapial del vecino, cruzarlo, pegar el salto, treparme entre sus ramas espinosas y alcanzar lo que deseaba.
él jamás se enteró -o tal vez siempre lo supo, agazapado, disfrutando del pecado ajeno.
el limón no era cuestión menor.
iba en cada bocado, en cada bebida.
ningún efecto surtían las amenazas de mi padre porque no era de dama derramar limón de ese modo.
he intentando plantar varios limoneros -ya ni recuerdo la cantidad-: cuatro estaciones, de frutos pequeños, de todo tipo.
he visto como se abren los azahares y me los he comido -sí a los azahares-, y a las hojas también.
pero no he logrado que crezca un limón amarillo, gordo, imponente, digno de campeonato.
un lemon pini.
en un terreno que dejamos abandonado, entre los yuyales y un aguaribay que lo ronda y abraza, se advierte, discreta, la silueta de un limonero de años.
de aquellos años en los que todavía me empapaba íntegra para darle de beber al limonero, como hembra que amamanta esperando el engorde de la cría.
juro que volveré por él.
alguno dará limones pini.
y hasta tanto no crezcan, seguiré cortando sus hojas en pedacitos, llevándomelas a la cara y sintiendo como me perfumo de limón.
paradojas de la vida: que en china al limón le den el sentido de la muerte, y en mi vida sólo me impulse a vivirla.
julián barnes ha escrito la mesa de limon (lemon table), tal vez vaya por él a una librería, mientras me tomaré un café negro, cargado y sin azúcar con un lemon pie, sólo para recordar.
escucho tracy chapman, porque la nostalgia me llena la mañana, y eso me gusta.
que no quede lugar por donde la mirada se cuele y escudriñe.
"Creció en mi frente un árbol.
Creció hacia adentro..." (Octavio Paz, Arbol Adentro).
un escenario indefinido se extiende, desbordado.
dice el pronóstico que hoy será el día más frío, sólo de lo que va del año.
deberé podar el rosal.
el día que alcancé un peldaño más en ésto que llaman vida, el enigmático ramtia, me regaló un acertijo.
no desmerece el noble gesto de hidalgo, que otros lo hayan abierto inclusive antes que yo. (después de todo, quién no ha espiado, entre los papeles, el contenido de un regalo).
así, el genial ramtia invita a todos a divertirse, resolviendo su concurso y fija como fecha límite el 10 de julio, sí de 2005, para quienes la lentitud los doblega.
una dama se ha pintado de rojo para ponerse a tono con tanta cereza, y consulta página tras página para ver si da en el blanco.
abran y trabajen en el concurso de ramtia
entre tanto, se me hace jugo la boca, con una cereza bien helada.
por cierto, de mi amigo markelo, he tomado prestado el link.