En 1932, cuando tenía diez años, en el jardín de mi abuela, en Camberwell vi una mariposa Camberwell Beauty posada sobre un macizo de ásteres. La reconocí porque días antes había visto una ilustración alas castañas y bordes de color crema- en la estampa de un amigo o en un cromo, y recuerdo que pensé: No es nada extraño. Todo el mundo sabe que las Camberwell Beauties vienen de Camberwell, y por eso se llaman así. Sí. Tenía diez años
Martin Amis, Experiencia.
tenía sólo un año, sobre el césped de lo que fue mi casa de la primera infancia.
ya a los cuatro años, había abandonado ésta, para habitar la ciudad, y, desde entonces, intuí que no me sacaría de encima la sensación de destierro.
las intuiciones de la niñez son las que permanecen.
hemos convivido, sensación y yo, amigablemente una veces, y otras con desasosiego.
es mi compañera de viaje, la que se ha colado por la lente de la máquina fotográfica para capturar momentos en los que tomaba más protagonismo que la fotógrafa, es la que se aferra a mi escritorio que fue de mi abuelo.
al fin y al cabo, ella me tiene bien estudiada y yo a ella.
será por eso que nos queremos tanto.