las levantó de la tierra, después de confundirlas con ella, desgranarla, aplastarla y perfumarlas de romero.
las enlodó.
las dejó arromeradas.
coloreó el agua que las tocó, ligera.
y con los restos de todo, las acercó a su cara.
labradas, astutas, ennegrecidas, non santas, divinas.
y ella se quedó con ellas, comiéndolas.
y él se entregó.