Con un trozo de carbón.
Con mi gis roto y mi lápiz rojo
dibujar tu nombre
el nombre de tu boca,
el signo de tus piernas
en la pared de nadie.
En la puerta prohibida
grabar el nombre de tu cuerpo.
Hasta que la hoja de mi navaja
sangre
y la piedra grite
y el muro respire como un pecho.
Octavio Paz
Ellos los artistas? Todos lo tenemos.
Recién te escribí por mi padre. Este dibujo es él, es parte de su enseñanza, de los que nos dejó. La carbonilla y los dedos negros. La sangre en los dedos por el borde afilado de una hoja de papel. La mancha en el saco del color a elección.
Él inmenso, distante en su atelier. El humo ascendente desde su boca. Los olores intensos, penetrantes.Movimientos suaves, firmes. Las quejas irreverentes. El tango y el mate...O la clásica y la grapa...
Yo diminuta, torpe y absurda...O absorta? Que más da. Mi lápiz y el papel.
Dale Pepito, seguí así que vas muy bien.
Su sonrisa paternal con su marco peculiar.
Tres o cuatro años, difícil de precisar. Pero no de borrar.
Desde hace 26 o 27 años atrás...
Saludos desde el oriente.