23 de Mayo 2006

PININA (lo que no supe decir a tiempo)

lago di como


23 de mayo.

para vos fui rubita, josita, chinita.
me tocabas la espalda con tus manos siempre tibias y suaves.

con el tiempo, no sé si se arrugaron o las venas se hicieron más notables, pero eran para mi, las manos del amor.

morí con vos muchas veces: en cada taquicardia, en cada enfermedad presumida, en cada real, en cada operación.
pensé que no superaría el día que te fueras: finalmente cuando ocurre, no hay tiempo, no hay despedidas, hay sólo un pequeño hito, un dolor, una extrañeza, y luego, sobreviene el recurpero de lo bien vivido.

fuiste la única abuela que conocí.
fuiste mi sustento.

me enseñaste a tejer con dos agujas: ropa de muñecas, gorros, a hacer pompones.
a cocinar tortas.
a manejar temprano.
que la mesa hay que ponerla con sencillez, pero con gusto.
le sacaste el chupete a delfina, que jamás volvió a usar.
me hablaste de la pasión y llegaste a confesarme, con tus años avanzados y sin incomodidades, "con tu abuelo la pasión, sí la pasión, un poco se ha aminorado, no hace mucho, ojo, pero el amor ha aumentado en igual medida."

te escuché,una y mil veces, la historia de tu vida.
también te vi llorar en igual cantidad, porque la historia es siempre el relato de algo que no vuelve: ni tu mamita ni tu padre (los mencionabas con distinta carga, probablemente así se diferenciaba tu relación con ellos).

nuestra última navidad, vos buscabas lo que ya no podías encontrar: una casa de infancia que dejaste de habitar setenta años atrás.
entonces supe que nos estábamos distanciando, como papá noel se aleja cuando perdemos la niñez.

juntas fuimos demasiado felices, y eso sólo puede comprenderlo quien lo ha experimentado.

de vos creo no haber heredado más que tus recuerdos: eras demasiado íntegra.

además, hay por allí unas sillas, el sillón de hamaca que acompañó a tata, un cuadro.
cosas.

pero lo que los otros no pueden tener, es esta sensación de plenitud que nos unìa: fuimos lo más cercano a la idea de paraíso.

yo no perdí a mi madre.
pinina era mi abuela.
no la perdí tampoco.
un día por la mañana, dicen que ella ya no se despertó, y ni sé cuánto tiempo ha pasado, ni me interesa.

sólo me importa que ahora mismo, necesito que me toque la espalda y no está.
que nos sentemos bajo el sol de mayo, para poder decirle, finalmente: qué suerte que he tenido que en un día como hoy, naciste para hacerme feliz!

feliz cumpleaños, mamma.

Escrito por pini a las 23 de Mayo 2006 a las 03:53 PM | TrackBack
Comentarios

Lago di Como, Un precioso lugar para nacer un 23 de Mayo.

Seguro que ella de alguna manera habrá sentido todo lo que ahora dices, sin necesidad de que en su momento le dijeras nada.

Escrito por 26 a las 24 de Mayo 2006 a las 03:39 AM

solo queria dejarte un beso (sabes que no es mi costumbre, pero me lo robaste con el relato)

;)

Escrito por jime a las 24 de Mayo 2006 a las 09:45 PM

"y eso sólo puede comprenderlo quien lo ha experimentado".

Puedo comprender. En mi vida hubo una Carmen.
Gracias por este texto caricia.

un beso

pd: Pini, creo que podemos llamarnos dichosas.

Escrito por Lili a las 25 de Mayo 2006 a las 02:28 AM

Gracias Pini por la emocion, es usted muy generosa.

Escrito por Emilian o a las 26 de Mayo 2006 a las 09:39 PM

gracias, gracias, gracias, gracias.

Escrito por pini a las 27 de Mayo 2006 a las 02:28 AM
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