No pido que me aceptes, sino que toleres las diferencias.
Desafortunados comentarios que un anónimo grosero y víctima de un estado de furia incontenible -que hacía más patética la pobreza del uso del idioma- me llevaron a pensar que además de anómicos, los argentinos nos hemos ido alimentando de intolerancia.
Anomia y anemia.
Por razones de buen gusto y respeto hacia aquellos que se acercan a esta bitácora, he borrado las palabras del comentarista sin nombre, sacrificando el principio de no censura, y elegiendo el mal menor.
El debate, la confrontación ideas, inclusive como método de apendizaje, y el respeto por las diferencias, les parece estos personajes una cuestión demodé.
Respeto no es sinónimo de adhesión, sino que va presidido por el ejercicio de la tolerancia.
Seres intolerantes. Como aquellos que pululan por las ciudades empeñados en destruir cuanto se les cruce por el camino. Derriban ramas de árboles, los escriben, escupen, orinan en las veredas, pintan edificios pretendiendo reinvidicar hasta al loro barranquero, rompen vidrieras, cortan calles, arrementen con el auto cuando una persona está cruzando, se valen de insultos que delantan una orfandad intelectual aterradora, tienen por norma elevar el dedo mayor de la mano derecha como única respuesta y clara muestra analfabetismo moral; esos seres se van multiplicando.
Buenos Aires: tierra de primates.
La ciudad que caminaron Borges y Matronardi huele a tristeza.
En este escenario sin escenografía, rescato a estos poetas, que han sabido hacer de la palabra un rito digno de disfrutar.
"¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fudarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina.
...
A mi se me hace cuento que empezó Buenos Aires:
La juzgo tan eterna como el agua y el aire."
(fragmento de "Fundación mítica de Buenos Aires" poema escrito por Jorge Luis Borges)
y en memoria de Carlos Matronardi, que partió para siempre en 1976, recupero estas palabras suyas que denuncian el paso del tiempo:
"Acuden, pues, a la firmeza
del oro o del bronce
para dar ilusoria persistencia
al incierto recuerdo que vacila"
Buenos días, desanudando la garganta.
*la foto que ilustra la intolerancia pertenece a Marc Riboud
Escrito por pini a las 9 de Junio 2004 a las 12:05 PM | TrackBackotro paralelismo nuestro. a medida que leia tu post me acordaba de mi decisión del lunes pasado de borrar un comentario anónimo (strictu sensu firmado "nadie"). a pesar que el grado de cobardía que tienen los anónimos me parece detestable, hasta ahora nunca había borrado ninguno, pero esta vez era tan soez que finalmente decidí borrarlo.
pensé que a mi no me gustaría ingresar a un blog y encontrarme de buenas a primeras con ese tipo de frases... me resultaba más agresivo dejar el comentario que borrarlo.
después me quedé pensando en el grado de impunidad que tiene esta gente. esa persona me colocó a mi, como esta a vos, frente a la necesidad de tomar una decisión que no hubieramos querido ¿qué querés que te diga? me jode. y mucho.
no me gusta sentirme a merced de cobardes que se ocultan tras conectores de red
un beso
rimboud es uno de mis fotógrafos favoritos
ja! se me mezcló con rimbaud
quise decir riboud
A mi también! ja.
Gracias por tus comentarios (los dos).
Uno me hizo sentir menos sola.
El otro, que el error fue compartido y por idénticos motivos, y me ayudaste a corregirlo.
Es más, yo le decía mark (sí con k) rimbaud.
La paradoja de la tolerancia
«Menos conocida es la paradoja de la tolerancia: La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada aun a aquellos que son intolerantes; si no nos hallamos preparados para defender una sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el resultado será la destrucción de los tolerantes y, junto con ellos, de la tolerancia. Con este planteamiento no queremos significar, por ejemplo, que siempre debamos impedir la expresión de concepciones filosóficas intolerantes; mientras podamos contrarrestarlas mediante argumentos racionales y mantenerlas en jaque ante la opinión pública, su prohibición sería, por cierto, poco prudente. Pero debemos reclamar el derecho de prohibirlas, si es necesario por la fuerza, pues bien puede suceder que no estén destinadas a imponérsenos en el plano de los argumentos racionales, sino que, por el contrario, comiencen por acusar a todo razonamiento; así, pueden prohibir a sus adeptos, por ejemplo, que presten oídos a los razonamientos racionales, acusándolos de engañosos, y que les enseñan a responder a los argumentos mediante el uso de los puños o las armas. Deberemos reclamar entonces, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes. Deberemos exigir que todo movimiento que predique la intolerancia quede al margen de la ley y que se considere criminal cualquier incitación a la intolerancia y a la persecución, de la misma manera que en el caso de la incitación al homicidio, al secuestro o al tráfico de esclavos.»
KARL POPPER – La sociedad abierta y sus enemigos.
Escrito por Enrique a las 9 de Junio 2004 a las 02:43 PMEnrique recuerdo que al citar a Popper en una tesina me amenazaron con expulsarme de la facultad, utilizando como argumento que en la materia -filosofía en el marco de un doctorado- no se podía admitir que yo tuviera el "desenfreno" de invocar a quien se me antojara.
Para desenfreno que me hagan manejar, pensé.
ajá, les dije, ajá.
Y ahi nomás comprendí que debía emigrar y lo hice.
Mi hija tenía apenas dos añitos cuando insultó al padre, y éste le replicó: no te voy a permitir nunca más que digas eso. y ella le contestó: no lo diré, pero si quiero lo pensaré.
Los niños tienen mucho para enseñarnos.
Y nosotros la responsabilidad de guiarlos en el libre pensamiento acompañado y en el respeto hacia aquel que opina diferente.
Espero que cuando Delfina (mi hija) se enoja conmigo no piense en el insulto, sino, en superarme y con creces.
Gracias por tu aporte, es un halago que participes.
Bueno, pini, a ti no te dejaron citar a Popper en la Facultad, pero mucho peor fue lo de Wittgenstein, que quiso zumbarle con un atizador. ¡Entrañable encuentro entre los dos filósofos! Es que Witt, que era no obstante un buen tipo, era muy vehemente.
Abrazos desde el rompeolas.
Escrito por Enrique a las 9 de Junio 2004 a las 03:19 PMEntiendo lo que dices pini, pero creo que le das una importancia que no tiene.
Leí los comentarios antes de que los borraras. Todos somos anónimos todos decimos cosas en un espacio donde tú y solo tu decides que perduren. Creo que la lógica de una bitácora debía ser la contraria, habría que borrar todos los comentarios menos aquellos que a decisión del dueño del blog merezcan la pena figurar. Seguro que la calidad mejoraría.
Pero pini, tu nos tienes muy mal acostumbrados, nos tratas muy bien, nos respondes a todos y cada uno de los comentarios y nos mandas flores.
¿Que merece un comentario obsceno? : borrarlo y ni siguiera comentarlo.
Querido amigo: lo cierto es que aproveché la circunstancia de la irrupción de esa bestia para escribir respecto de la tolerancia.
es que venía leyendo unos párrafos de Fernando Savater referidos a la templanza (que parece serle ajena también a los intolerantes en cuestión), y dije, por qué no dejar algo sentado.
el final, la cita de Borges y Mastronardi fue hecha con la intención manifiesta de contrastar con la ausencia de todo sentido de la grosería recibida.
en cuanto a las flores que envío, las próximas serán jazmines, así que esperen a que llegue diciembre. (ja), o prefieren una margarita silvestre así le arrancan pétalo a pétalo?: me quiere mucho, poquito, nada, me quiere mucho, poquito, nada...
vaya, ustedes son los/las gentiles por la visita y tomarse el tiempo de dejar el pensamiento escrito.
Escrito por pini a las 9 de Junio 2004 a las 05:51 PM"respeto no es sinónimo de adhesión"
Me ha encantado esta frase, te la voy a plagiar y mañana a la hora del café voy a intentar soltarla para impresionar y luego decirles "la ley en un blog en internet" pa que vean que con esto de los ordenadores también se aprenden cosas.
Si te molesta dimelo, te mandaré un mail con mis datos y mi DNI para que me denuncies pero no pienso renunciar a usarla. :D
Escrito por Fuz Neviros a las 9 de Junio 2004 a las 08:59 PMquise decir "leí" que es que a estas horas ya no me funciona el cerebro como deberia
Escrito por Fuz Neviros a las 9 de Junio 2004 a las 09:00 PMNo llegué a leer esos comentarios, pero qué quieres, a mi me parece muy bien borrar los que te parezca, o simplemente los que te incomoden. Cada uno, en su bitácora, está en su casa. Y en tu casa solo entra quien tú quieres y de buen rollito, como se dice ahora. Y el que no va a guardar unas formas, pues ¡que se vaya! Así que nada, que has hecho muy bien, y que la libertad de expresión también tiene sus límites, marcados por la educación y la convivencia. ¿No?
Escrito por carmen a las 9 de Junio 2004 a las 09:03 PMfuz si me citas será un honor (con lo que gusta el café)
carmen, qué te puedo decir? si he borrado es porque agredía no sólo el más elemental buen gusto, sino la educación de todos.
además, no tolero quien se escuda detrás del anonimato para dañar la tranquilidad ajena.
Besitos tolerantes...
Escrito por Manel a las 11 de Junio 2004 a las 07:35 PMpini:
para borrar un comentario no hacen falta explicaciones. La Constitución te autoriza, fijate que sólo se prohibe la censura previa
una vez que la persona dijo lo que quería decir, y se expresó libremente, soy dueño de usar el diario para envolver huevos, o los bytes para grabar lo que me de la gana.
Escrito por JuanPablo a las 12 de Junio 2004 a las 12:35 PMa cada uno.
jime, nunca llegás tarde a casa.
manel, gracias!
juan pablo si bien es cierto lo que decís, creo que aproveché la oportunidad para descargarme.
que al lado de la pobreza idiomática y violenta del insulto espontáneo, existen otros recursos.
Escrito por pini a las 12 de Junio 2004 a las 01:55 PMsi, pini, de acuerdo. De hecho, yo también empleé una metáfora para indicar por dónde me paso sus comentarios...
(podés borrarlo por grosero, que no me voy a ofender, pero no podía dejar pasar el juego de palabras)
Estoy con Carmen, cada uno, con su bitácora, hace lo que le da la gana. Y a nadie le gusta que entren en su casa con los zapatos embarrados, mucho menos la boca.
Por otra parte.... está visto que las sociedades, a ambos lados del charco, están hechas un asco. Vaya. Un saludo, Pini.
Escrito por Danuto a las 13 de Junio 2004 a las 12:48 PMjuan pablo, sabés que soy lenteja. recién caigo.
ja!
Danuto, muchas gracias por pasar! y sí, parece que hay más de un embarrado.
Buenos Aires querido, Ciudad que viste nacer a tantos hombres con aspiraciones de triunfo y de grandeza, no decaigas, ya volveran tus hijos a reclamar y devolverte la paz y orgullo que el mundo te reconoce y que en Gardel recuerda...
Escrito por Rafael a las 10 de Julio 2004 a las 11:00 PMRafael bienvenido y gracias por tu comentario.
Escrito por pini a las 12 de Julio 2004 a las 03:09 PM